La depresión es un estado de ánimo de intenso abatimiento con pérdida de interés por casi todas las actividades habituales. Hace que la persona que la padece se sienta inútil, desvalida y desesperanzada. Suele ir acompañada con determinados síntomas vegetativos y manifestaciones de culpa y desprecio de sí misma pudiendo provocar estos pensamientos y sentimientos negativos que la persona se dé por vencida. En su forma más grave, puede conducir al suicidio.

España ha sufrido una pandemia de suicidios el año pasado con casi 4.000 personas que han utilizado dicho medio para terminar con su vida. Ha sido la primera causa de mortandad no natural entre los 15 a los 29 años y hemos tenido la mayor tasa de nuestra historia.

La pandemia de Covid-19 ha sido un choque de realidad, ha cambiado radicalmente nuestra manera de vivir y de ver el mundo. En nuestra sociedad no estamos acostumbrados a tanta restricción y, además, está la incertidumbre de no vislumbrar ni cuándo ni cómo será su final.

Como el ser humano es social y necesita el contacto con los demás estar aislado sin poder hacer las rutinas normales de afrontamiento ante la ansiedad o el estrés (deporte, salir con amigos, etc.) suele llevar a un incremento de los pensamientos negativos. Emocionalmente, la ansiedad y la depresión suelen aumentar.

Más de Uno León con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto vía telefónica (15 diciembre 2021). Audio cortesía de Jorge Martínez.

Motivos de la depresión

La desesperanza es lo que hace que la persona quiera escapar de un sufrimiento inaguantable y no vea otra salida diferente a la muerte. De hecho se considera el factor psicológico más influyente en relación con el riesgo de conducta suicida. Es importante reconocer que las ideas negativas son parte de la depresión y desaparecen conforme el tratamiento empieza a surtir efecto.

No existe una causa única conocida de la depresión, más bien suele haber una serie de factores genéticos, bioquímicos, psicológicos y sociofamiliares que pueden desencadenarla. Si observamos algunos síntomas tales como una irritabilidad constante durante días, falta de energía, ataques de pánico o de ira es el momento de pedir ayuda. También un excesivo abuso de sustancias para lidiar con el aburrimiento o la ansiedad son claros indicadores de que algo no va bien.

Factores protectores y mitigadores

Existen una serie de factores protectores, que son aquellos que disminuyen la probabilidad de un suicidio en presencia de factores de riesgo. Su conocimiento es muy importante y se pueden dividir en:

  • Personales: habilidad en la resolución de problemas, tener confianza en uno mismo, habilidad para las relaciones sociales e interpersonales, presentar flexibilidad cognitiva, tener hijos (más concretamente las mujeres).
  • Sociales o medioambientales: Apoyo familiar y social de fuerza y calidad, integración social, poseer creencias y prácticas religiosas, espiritualidad o valores positivos, tratamiento integral, permanente y a largo plazo en personas con trastornos mentales, con enfermedad física o abuso de alcohol o drogas.

Para la persona con depresión es conveniente que:

  • No se fije metas difíciles ni adquiera grandes responsabilidades. Haga hasta donde le sea posible.
  • Procure estar con otras personas. Generalmente, es mejor que estar solo.
  • Participe en actividades que le hagan sentirse mejor.
  • Es prudente posponer las decisiones importantes hasta que su depresión haya mejorado.
  • No espere salir de su depresión de inmediato; es raro que esto suceda. Ayúdese a sí mismo cuanto le sea posible y no se culpe por no encontrarse totalmente bien.
  • Si tiene ideaciones suicidas, pida ayuda.

Referencias:

  • Barbieri, P. N., Giuntella, O., Saccardo, S., & Sadoff, S. (2021). Lifestyle and mental health 1 year into COVID-19. Scientific Reports11(1), 1-6.