Llega el verano y con él las vacaciones. En esta época de cambios en nuestra rutina tendemos a hacer balance sobre nosotros mismos y nuestro entorno (pareja, hijos, amigos, trabajo…) al tener más tiempo para la reflexión, además, solemos ver con más claridad lo esencial y ver lo que nos rodea desde otra perspectiva.

Es un tiempo donde las preocupaciones que tenemos durante el resto del año no importan tanto (sin embargo durante esta larga crisis muchas familias no pueden disfrutar de vacaciones ni olvidarse de los problemas cotidianos). Buscamos más momentos felices como si fuera una obligación y eso puede frustrarnos si no lo conseguimos.  

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León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (25 junio 2014). Audio cortesía de Nacho Arias.

Convivir en familia durante las vacaciones implica poner a sus miembros en un nuevo marco de relaciones que requiere un tiempo de adaptación. Se pasa del escaso tiempo de convivencia del resto del año, por el horario de trabajo, a compartir casi todas las horas del día, y ese aumento en las horas de relación hace que conozcamos mejor a nuestra pareja, hijos, familia, amigos… (sus virtudes y sus defectos) y con más claridad y suelen aumentar los conflictos.

Conflictos que pueden traer el aumento de la convivencia

Conocemos mejor y, si la relación de pareja es buena disfrutamos de su compañía, pero si es problemática, se agudiza la visión negativa del otro. Las estadísticas demuestran que la mayoría de los divorcios se producen al final del periodo vacacional del verano: alrededor de un tercio en el último trimestre.

Por otro lado los hijos, acabado el colegio, empiezan a aburrirse al tener tanto tiempo libre lo que suele traducirse en exigencias y llamadas de atención que dan lugar a más discusiones familiares.

Algunos consejos para disfrutar del verano y buscar la felicidad

  • Disfrute el momento. Suele ser suficiente con cambiar de rutinas para disfrutar las vacaciones.
  • Las vacaciones son para relajarse: Planear mínimamente y llegar a acuerdos de lo que se va a hacer en este tiempo de convivencia intensiva.
  • Conviene tener un pequeño espacio de libertad personal y de conductas para nosotros mismos. Concentrar los esfuerzos en disfrutar de lo que más nos guste (leer, nadar, hacer deporte…).
  • Mantener una actitud positiva ya que pueden darse muchas situaciones estresantes (algún problema con los viajes, los hoteles, los hijos…).
  • Es un buen momento para pasar tiempo disfrutando de las relaciones afectivas y sexuales con la pareja. Con el sexo se desarrolla la comunicación con la pareja, imprescindible para el bienestar físico y psicológico, ya que los seres humanos necesitamos relacionarnos con otras personas, porque somos seres sociales.