Podemos considerar al perdón como un recurso muy útil en las relaciones personales. También como mecanismo vinculado con la culpa, ese sentimiento de responsabilidad por un daño causado por acción u omisión.Pedir perdón y saber aceptarlo en determinados casos tiene la máxima importancia y gran transcendencia social.

A pedir perdón nos enseñan nuestros padres y nuestros profesores desde la infancia como muestra de arrepentimiento ante un error cometido, aunque no es fácil perdonar.

El daño ajeno nos provoca rencor o deseos de venganza pero sin perdón ni olvido, el resentimiento controla nuestras vidas. Como ya hemos comentado no es fácil perdonar, pero por fortuna es algo que se aprende. Especular con vengarse solo prolonga el rencor.

León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (26 septiembre 2018). Audio cortesía de Jorge Martínez.

Variables que nos permiten o no perdonar

Hay determinadas variables que predicen poder perdonar más fácilmente: el tipo de afrenta, la personalidad del ofendido y su forma de gestionar las emociones.

El perdón tiene beneficios emocionales para la persona. Cuando perdonamos o nos perdonan sinceramente, se restablece la normalidad emocional y el alivio se generaliza. Se reduce la ira, disminuyen la ansiedad y la tristeza, aunque es cierto que, normalmente, a nivel de la confianza interpersonal suele haber consecuencias. Aprender a perdonar y aceptar disculpas son mecanismos de regulación emocional.

En ocasiones la petición de perdón no es sincera y se utiliza como estrategia para evadirse del conflicto, esto se da donde no hay disposición para resolver la situación y se hace sin convencimiento. Perdonar no es olvidar ni pretender que no ha sucedido nada, para perdonar, hay que entender qué ha sucedido, reconocerlo y responsabilizarse de la ofensa para reparar el daño.

¿Cómo pedir perdón cuando hemos ofendido a otra persona?

La mejor manera es responsabilizarse de la ofensa, ponerse en el lugar de la persona ofendida para comprender sus sentimientos, mostrar arrepentimiento sincero. Un lo siento es útil cuando se dice sinceramente. Aunque no se debe exigir el perdón ya que la persona es libre de elegir perdonarnos o no. Y fundamental, no siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces hay que aprender a perdonarse a uno mismo.