La OMS define la salud mental como un estado de bienestar en el que el individuo realiza sus capacidades, supera el estrés normal de la vida, estudia o trabaja de forma productiva y fructífera, y aporta algo a la comunidad. Una alteración de la salud mental conlleva consecuencias negativas siendo una fuente importante de discapacidad y una mayor mortandad. A modo de ejemplos: el trastorno depresivo mayor es la segunda causa de discapacidad en el mundo y las mujeres padecen el doble de problemas de ansiedad y depresión que los hombres y cuadruplican el consumo de ansiolíticos y antidepresivos.

En los hospitales, en los centros de salud, en los juzgados, en las empresas… el número de psicólogos resulta claramente insuficiente para atender las necesidades que tiene la población.

Más de Uno León con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto vía telemática (25 noviembre 2020). Audio cortesía de Jorge Martínez.

En CEPTECO intentamos ayudar a las personas a superar las dificultades que se les presentan en su vida diaria para potenciar cualidades, habilidades y competencias y asumir o mitigar déficits. En estos momentos estamos realizando un estudio sobre las más de 7.000 personas que ha atendido nuestro equipo desde 1984, donde han acudido a terapia individual o de pareja, con un rango de edad entre seis y noventa años.

En los menores hemos ayudado en los trastornos de hiperactividad, hábitos de estudio, problemas de ansiedad, depresión y uso abusivo de las redes sociales agravado esto último en estos momentos por la pandemia. En cuanto a los adultos, la ansiedad y la depresión son las patologías más habituales asociadas a nuestro estilo de vida. En las relaciones de pareja y sexuales observamos un mayor deterioro relacionado con la pandemia. Igualmente los problemas de personalidad (obsesivo-compulsiva, dependiente, bipolar…) asociados al abuso de sustancias, alimentación… también han sido atendidas.

Para mejorar nuestro equilibrio emocional

La situación que nos está tocando vivir puede desestabilizar emocionalmente a muchas personas, por ello aconsejamos para mejorar el equilibrio emocional evitar escuchar o leer noticias sobre la pandemia, aumentar el contacto con la naturaleza (sin mascarilla los urbanitas), procurar estar cerca de las personas que nos aman y amamos, hacer ejercicio físico moderado, por ejemplo andar 1-2 h. al día, y aprender a aceptar la frustración como eje de nuestras vidas evitando procastinar para no enfrentarnos a nuestros problemas (laborales, familiares, de pareja…). Podríamos resumirlo en: menos TV, redes sociales y huida y aumentar ejercicio físico, más naturaleza, aceptación y afecto.

La importancia de que los colegios permanezcan abiertos

Una de las funciones de los centros escolares es la socialización por lo que es vital que sea presencial. Es una época de periodos críticos que afectarán a toda la vida adulta, en donde dicha socialización es clave para un desarrollo equilibrado. Aunque aún es pronto para ver los efectos de la pandemia y del confinamiento estamos percibiendo en menores de 8 a 14 años un aumento (aún más) de la dependencia con respecto a las pantallas, sobre todo con los videojuegos y en el uso de las redes sociales.

Es difícil ayudar a nuestros jóvenes ya que hay mucho dinero e intereses en mantener a los niños consumiendo tiempo de pantallas lo máximo posible, y se hace un contenido muy específico y diferenciado tanto para chicos como para chicas jugando con los aspectos culturales de cada uno. La presión social es muchas veces muy intensa y los menores y jóvenes con un perfil obsesivo pueden tener problemas a la hora de frenar en el uso de las pantallas por el sentimiento de pertenencia de comunidad. Como padres hay que poner límites de tiempo en el uso del móvil o tablet y ayudar a los hijos a manejar la frustración y a integrarse con iguales, especialmente durante la adolescencia.

Referencias: