Son muchas las formas de vivir en pareja. Podemos distinguir las parejas que viven de una forma saludable y aquellas que son insanas, insalubres o con gran toxicidad.

Parejas saludables

Las parejas que tienen una relación saludable se diferencian por respetarse y conocerse, cultivar el cariño, la admiración y el afecto por la otra persona, dejan que fluya agradablemente el sexo, saben comunicarse para resolver los problemas solubles y aceptar aquellos que sean irresolubles o insolubles, dejan que la otra persona influya sobre nosotros y que exista un equilibrio entre ambos miembros, se sienten bien al lado de la otra persona, salen del estancamiento ante una crisis mediante la petición de perdón, tienen un sentido de trascendencia en el proceso de interacción y el legado que quieran dejar a la siguiente generación.

León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (7 noviembre 2018). Audio cortesía de Jorge Martínez.

Parejas insanas

Por el contrario, si la otra persona genera críticas despectivas, mantiene una actitud defensiva o evasiva ante las dificultades, incluso de desprecio, nos controla y ejerce violencia sobre nosotros, nos sentimos abrumados cada vez que existen discrepancias, no pide perdón ante las equivocaciones y, al final, lo único que nos produce son malos recuerdos podemos decir que estamos ante una relación de pareja poco saludable.

Valorar lo que nos aporta la relación de pareja es una buena manera de detectar qué tipo de relación estamos manteniendo. Si nos hace sentir ansiedad, intranquilidad, desequilibrio, nos entorpece para conseguir objetivos vitales como pueden ser el trabajo, los estudios, los amigos… estamos ante una relación insana. Si lo que prima es el respeto, el mostrarse mutuamente conductas afectuosas, romper el hielo ante las equivocaciones, efectuar las posibles quejas de un modo adecuado consultándose las cosas para resolver discrepancias, entonces, estamos ante una relación muy saludable.