Dar educación sexual a nuestros hijos significa enseñarles normas y valores sobre sexualidad y guiarles para que vivan una sexualidad segura y sana. Como cualquier tipo de educación, la educación sexual va poco a poco, según el nivel de desarrollo de nuestros hijos.
En muchas ocasiones los padres nos preguntamos en qué momento sería conveniente comenzar a dar educación sexual y cuál sería la mejor manera de llevarla a cabo. Una buena manera de hacerlo es iniciando nosotros la educación sexual lo más pronto posible, sin esperar a que nuestros hijos pregunten, dando la información en la intimidad de la familia con mensajes tranquilizadores y positivos, sin esconder nada, pero teniendo en cuenta las necesidades de cada hijo. Y, por supuesto, respondiendo siempre a sus demandas espontáneas dándoles una respuesta correcta y clara, limitada a lo que pregunta, en el momento en que la formula, adaptada a la edad y conocimiento de ellos, con naturalidad y dejando la puerta abierta a otras preguntas. No hay necesidad de dar todos los detalles, pero sí de responder de manera honesta.
Audio: León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (22 febrero 2017). Cortesía de Jorge Martínez.
Objetivos de la educación sexual
La educación sexual tiene como objetivos la educación e información sobre el desarrollo físico y emocional: que conozcan la anatomía del cuerpo y sepan cómo funciona; conozcan el sistema reproductivo, pero que además sepan que la sexualidad es también placer; que conozcan y estén preparados para los cambios físicos y emocionales en la pubertad; que se formen una imagen positiva de su propio cuerpo, que reconozcan su propia orientación sexual y tengan respeto por la de los demás.
Otros de sus objetivos es la información sobre el comportamiento sexual: que sepan expresar sus sentimientos y deseos sexuales, incluyendo la masturbación o autoestimulación, y sepan disfrutarlos durante cada fase de su vida.
Sobre sexualidad y salud que conozcan los métodos anticonceptivos y sus características, se protejan contra infecciones de transmisión sexual, cuiden su cuerpo y lo controlen regularmente, reconozcan el abuso sexual y tengan habilidades personales para prevenirlo.
Sobre la sociedad y cultura: que sean tolerantes con respecto a las diferencias en las personas en cuanto a su preferencia sexual, su estilo de vida y sus normas y valores sobre sexualidad, eviten prejuicios en sus comportamientos y opiniones, reconozcan que los medios y la cultura pueden influir en sus propias normas y valores con respecto a la sexualidad.
Enseñemos también a los menores a decir no. Es importante que sepan cuáles son los actos no permitidos ni por familiares ni por amigos, ya que la mayoría de los abusos sexuales se cometen por conocidos.
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