Algunas orientaciones psicológicas ante la pérdida de un ser querido

  • El dolor duele. Se puede pensar que es mejor evitar el dolor, distraerse con ocupaciones, pero al final el dolor suele salir. Darse un tiempo para asumirlo y superarlo.
  • Cuidar la propia salud. Es recomendable cuidar la alimentación, la higiene, el ejercicio físico y el sueño dado que son variables básicas para que nuestro organismo funcione y se equilibre. El ejercicio es el mejor relajante.
  • Aplazar decisiones importantes y no precipitarse. Esperar hasta que nuestras emociones se equilibren para tomar decisiones. Una emoción alterada nos hace más vulnerables.
  • Aceptar el apoyo de otras personas. Expresar nuestras emociones y buscar el apoyo en familiares, amigos-as o personas de confianza nos ayuda a asumir la pérdida, aceptar lo sucedido, decidir qué hacer y recuperarnos emocionalmente.
  • Afrontar la rutina. La apatía y la fatiga pueden hacer difíciles las tareas cotidianas, pero estas son un paso necesario para seguir adelante. Aunque el trabajo de duelo requiere tiempo y paciencia intente comenzar, en un tiempo prudencial, a realizar las tareas cotidianas. Puede ayudar hacer una lista de actividades e intentar llevarlas a cabo.

   Cuando el dolor duele

  • Evitar el aislamiento social. Seguir relacionándonos con la familia, amigos y buscar reintegrarnos, lo antes posible, al día a día.
  • Apoyar a los menores. Es importante, si los hay, abordar el tema de la pérdida de un ser querido con niños y adolescentes, sin cometer el error de obviarlo o negarlo para evitar un duelo no resuelto.
  • Darse permiso para descansar. Asumir la tristeza o la ansiedad que nos provoca la pérdida como un proceso natural. Trabajar para superarla aunque, inicialmente, nos sintamos desbordados.
  • Evitar automedicarse. Si es necesario, tomar algún medicamento pero siempre prescrito por el médico.
  • Asumir el recuerdo. Es aconsejable, en ocasiones, seguir un proceso gradual en la asunción natural de objetos, lugares y repasar los recuerdos agradables y desagradables.

Pedir ayuda profesional no significa debilidad. No es más fuerte quién no precisa ayuda sino quién tiene el valor de pedirla cuando la necesita.

¿Alguna vez te has sentido perdido ante la muerte de un ser querido? ¿Qué has hecho para superarlo?