No es extraño que produzca roces entre las parejas por las amistades de cada uno. Las amistades están muy cerca en importancia de la familia y muchas veces incluso más. En cómo modifican nuestro mundo y el sistema de creencias con el que nos manejamos día a día. Si critican a nuestro grupo normalmente lo interpretaremos como un ataque a nosotros mismos ya que, al igual que la familia, estas personas han moldeado nuestro yo y la manera que tenemos de ver el mundo. Evidentemente, existen también relaciones de amistad tóxicas que, en principio, vendría bien que otra persona interviniera para ayudarnos a salir de ellas, pero como ya hemos comentado en otras ocasiones, las relaciones humanas son altamente contradictorias, ambivalentes e irracionales, con lo que no suele tan fácil influir en el entorno de los otros.

Más de Uno León con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto vía telemática (27 octubre 2021). Audio cortesía de Javier Chamorro.

Lo que dice la ciencia

La variabilidad entre individuos o culturas es muy grande con el añadido del rápido cambio de paradigma que estamos viendo en la socialización como, por ejemplo, con las redes sociales.

Ha habido multitud de intentos de sistematizar algo cuya definición ya de por sí puede ser ambigua (la definición de «amigos» y «amistad» puede ser muy diferente incluso entre dos personas de una misma ciudad y país). Aún así, sí que han visto resultados interesantes en algunos estudios.

La idea general es que el cambio progresivo de vida rural a vida urbana que se ha producido de manera drástica durante los últimos siglos ha cambiado de radicalmente la importancia del entorno social de las parejas. Principalmente los lazos comunales se han ido debilitando y las relaciones sociales están más atomizadas y la esfera de la vida privada ha ido cobrando cada vez más importancia. Es decir, la vida matrimonial se está quedando cada vez más desvinculada de sociedades comunitarias más amplias.

Tenemos que entender que lo más común en la historia humana ha sido compartir una misma habitación para toda la familia extensa, y que todavía en algunas culturas la idea de un individuo con criterio propio para formar una familia es todavía tabú y esto afecta siempre de manera más negativa a las mujeres.

El cambio en la socialización

Aunque este cambio en la socialización es irreversible, podemos encontrar factores protectores de la soledad y la alienación que afecta también a muchísimas parejas. Ya hemos comentado en otras ocasiones que la soledad y aislamiento suelen ser predictores de mala salud mental y de una muerte más prematura. Está comprobado que aquellas personas más integradas socialmente suelen tener un bienestar más elevado. Y este constructo de integración social tiene dos dimensiones:

  • Estructural/conductual: por ejemplo la frecuencia con la que el individuo participa en ambientes comunitarios.
  • Afectiva/cognitiva: nuestro sentimiento de pertenencia y el apoyo emocional que sintamos.

Por eso es importante cuidar ambas variables aunque, como siempre, el equilibrio es algo muy difícil de conseguir. Ya hemos comentado en otras ocasiones que negar una persona de su red social de apoyo es una estrategia muy común de manipulación y maltrato. Está comprobado también, que la disminución de amigos comunes en personas casadas correlaciona de manera positiva con un aumento de la insatisfacción matrimonial.

Cómo pueden ayudar las relaciones sociales a mantener una buena relación de pareja

Los estudios realizados generalmente se han centrado en cómo determinados eventos y circunstancias negativas van minando progresivamente la confianza y las dinámicas internas de las parejas. Normalmente el apoyo social actúa como amortiguador de los efectos del estrés en las personas, haciendo que dicho apoyo social genere una percepción de que se tienen habilidades de afrontamiento adecuadas. Por ello, un grupo de amigos común en la pareja con las dos variables que hemos comentado antes es de gran importancia, sobre todo, según varios autores, en uno de los problemas más comunes como es el tema del dinero. Es inevitable que los conflictos aparezcan, y el aspecto económico es digamos universal en todas las conductas: cómo mantener la familia o la progenie de la manera más eficaz posible. Por ello, sabiendo que la realidad es implacable e impredecible, hay que protegerse y tener botes salvavidas para cuando nos vienen mal dadas.

Diferencias entre las sociedades rural y urbana

Lo que se ha visto es que a mayor vida urbana suele haber menos niveles de felicidad en la pareja, pero solo para las parejas poco integradas socialmente. Esto concuerda con lo que hemos comentado al principio de que normalmente hemos vivido en comunidades más extensas donde no existían grandes diferencias entre clan y familia. Era todo uno, y no se concebía la idea de que una pareja de recién casados fuera a vivir fuera del entorno familiar.

Evidentemente es positivo el aumento de la autonomía personal, situaciones como los matrimonios concertados son deleznables y atentan contra los derechos humanos. Digamos que la soledad es el precio que pagamos por esa libertad.

Referencias:

  • Barton, A. W., Futris, T. G., & Nielsen, R. B. (2014). With a little help from our friends: Couple social integration in marriage. Journal of Family Psychology28(6), 986.
  • Falconier, M. K., & Epstein, N. B. (2011). Couples experiencing financial strain: What we know and what we can do. Family relations60(3), 303-317.