Cuando hablamos de personas tóxicas nos estamos refiriendo a aquellas que sólo ven nuestro lado negativo, a aquellas que estando a nuestro lado nos roban nuestra autoestima y nuestra dignidad. Sus inseguridades y sentimientos de inadecuación nos provocan desazón y nos dificultan llevar una vida feliz y productiva. Suelen sacar lo peor de nosotros y jamás podremos considerarlas como un apoyo en nuestra vida ya que para esas personas siempre insatisfechas e insaciables los demás nunca damos la talla.
Suelen ofendernos traspasando los límites de la familiaridad y faltando al respeto excusándose luego en que lo que dijo era sólo una broma, no se ha entendido bien lo que dijo o lo hace por nuestro bien.
Falta de respeto
Cualquiera, incluido nosotros mismos, puede ser una persona tóxica. Se pueden encontrar en cualquier área de la vida (amor, amistad, trabajo…) y no tenemos más que analizar las emociones que nos suscita cuando tenemos contacto con ella (enfado, tristeza, vergüenza o miedo principalmente) para darnos cuenta de que esa relación es dañina llegando incluso a provocarnos diversas reacciones psicosomáticas (cefaleas, molestias diversas…) cuando estamos a su lado.
León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (5 diciembre 2012). Audio cortesía de Nacho Arias.
Pero ¿por qué hay personas así? Las causas pueden ser diversas: envidia porque tenemos algo que ellas no poseen (belleza, sabiduría…), celos por deseo de exclusividad y pertenencia, una enfermedad dolorosa, crisis vitales que le hagan cambiar o estilos educativos ausentes de afecto.
Lo mejor que podemos hacer para contrarrestar a esa gente tóxica es esquivarla o apartarnos de esta relación evitando la autodestrucción o la violencia para descargar la tensión. Hacerles ver que el problema no está en los demás sino en sí mismas y que son ellas las responsables de su felicidad.
Podemos llevar a cabo una serie de estrategias para lograrlo:
- Evitar tensarnos respirando profundamente cuando hablamos con ellas.
- Usar el sentido del humor con nosotros mismos o con los comentarios que nos hacen.
- Dejar de pensar lo que te haya sucedido con esta persona.
- Hacer de espejo de lo que nos hace o enfrentarnos a los comentarios hirientes expresando nuestras emociones.
- Preguntando tranquilamente: ¿Te parece estúpido mi comentario o todos los comentarios de todas las personas?
¿Conocemos a alguna persona tóxica? ¿Qué hemos hecho para poder convivir con ella sin que nos ofenda?