El bienestar sexual es un ingrediente esencial de la calidad de vida, ya que mejora la salud y el bienestar personal. La Encuesta Nacional Salud Sexual (2009) indicaba que tener sexo era importante o muy importante para la mayoría de la población y su disfrute lo es para la salud mental de la persona que mantiene relaciones consentidas y placenteras, pero ¿sigue estando mal visto buscar el placer sexual como elemento de la felicidad?

Las necesidades de afecto y de intimidad sexual son inherentes a la naturaleza humana y su satisfacción contribuye a mantener nuestro equilibrio físico y psicológico. El contacto físico hace que se generen endorfinas, nuestro mejor relajante para producir bienestar.

Reivindicar el placer femenino

El placer femenino ha sido estigmatizado debido al machismo imperante en las diferentes culturas, deseosas de una mujer modosa, sumisa y adecuada para complacer al hombre. Afortunadamente, las nuevas generaciones de mujeres reivindican el disfrute y el placer sexual como signo de salud. Es por ello que nos encontramos en consulta con hombres que presentan más problemas sexuales al no llevar ellos la iniciativa y sentirse presionados por la búsqueda de placer de su pareja.
El deseo sexual femenino es un proceso más complejo que el masculino ya que se basa más en la valoración que la mujer haga de su relación de pareja, la de conectar con ella y la de amar y sentirse amada.

Onda Cero: Javier Chamorro con Miguel Ángel Cueto (13 mayo 2015). Cortesía Nacho Arias.

La masturbación

Existen muchas más formas de disfrutar de la sexualidad, no sólo con el coito. La autoestimulación o estimulación no coital de nuestra pareja, no sólo no es dañina, sino que es una práctica saludable y asimismo placentera. Además de servir para conocer mejor nuestro cuerpo y el de nuestra pareja, contribuye a mantener en forma la función sexual tanto en hombres como en mujeres ya que el aporte sanguíneo a los genitales los tonifica.
En el mercado hay un gran número de juguetes eróticos que vibran y que favorecen la estimulación y disfrute y que pueden usarse con o sin compañía (a muchas parejas se los aconsejamos para mejorar su relación o superar un problema sexual). Los juguetes sexuales (vibradores, dildos, cremas lubricantes….) pueden ser buenos aliados para vivir una sexualidad feliz y saludable también en personas que no tienen pareja, o cuando están solos, o cuando existe una desigualdad en las necesidades de ambos miembros de la pareja… Solemos aconsejar a las mujeres con déficit de lubricación el uso de geles lubricantes que les ayuden a evitar las molestias de una sequedad vaginal, como estrategia de juego amoroso o para uso de un masaje relajante.

¿Cómo plantearse una sexualidad sana y libre?

  • Valorar el placer, la comunicación con el tacto y la intimidad personal solos o con nuestra pareja (abrazos, caricias, besos…) como una expresión más de nuestra sexualidad.
  • Decir lo que nos gusta, hacer lo que nos agrada, complacer como le gusta a nuestra pareja y evitar el coito como única fuente de placer sería una buena norma.
  • El placer sexual está reñido con la culpa, el miedo y con la cultura oscurantista de años pasados que nos decía que el sexo era sucio, malo y obsceno.
  • El conocimiento sexual suele hacernos más libres.