En un post anterior tratamos sobre la importancia de la resolución de conflictos con nuestros hijos y cómo resolverlos de manera efectiva. Hoy nos centraremos en el manejo de conflictos con personas de nuestro mismo entorno, adultas, y que tienden a afectarnos sobremanera en diferentes contextos como la familia, amigos, trabajo.
El conflicto entre humanos no tiene por qué ser malo en sí. A la hora de realizar un proyecto, lanzar un robot a Marte por ejemplo, seguramente entre el panel de expertos haya personas de diferentes campos profesionales, también de diferentes culturas y de maneras muy diversas de gestionar las relaciones humanas. Esa diversidad bien gestionada es lo que suele hacernos una especie que ha conseguido el ver y cuantificar miles de planetas y galaxias de nuestro universo.
Igualmente, los conflictos y problemas entre nosotros también nos han llevado a tragedias inimaginables, con lo que aunque defienda la diversidad y variedad de opiniones esto requiere entrenamiento y esfuerzo, los conflictos no se solucionan ni mágicamente ni haciendo como que no existen. El error y las frustraciones también forman parte del proceso de aprendizaje, y hemos de reconocer que no es ni fácil ni sencillo gestionar los conflictos de manera exitosa.
Más de Uno León con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto vía telefónica (13 abril 2022). Audio cortesía de Jorge Martínez.
Las evidencias de diferentes programas y técnicas para ayudar a las personas a manejar los conflictos
La responsabilidad individual permite valorar que sin un buen manejo propio de las emociones es difícil resolver situaciones complicadas con otras personas. Esta responsabilidad estaría relacionada con el control cognitivo, que se define como la habilidad que nos permite ignorar información que distorsiona nuestro rendimiento y dirigir nuestros esfuerzos cognitivos hacia una meta concreta. Se aplica a diferentes contextos, tanto intelectuales como emocionales, que ya de por sí están unidos, y es un buen medidor empírico de variables como la capacidad o la tolerancia a la frustración.
Relacionándolo concretamente con las emociones, estudios muestran que determinadas emociones sí que parecen afectar a las habilidades cognitivas tanto emocionales como de resolución de conflictos, mientras que curiosamente otras solo afectan al procesamiento emocional pero no cognitivo.
Cuanta más perturbadas y más activación fisiológica se sintiera en caso de conflicto, menor razonamiento abstracto y flexible se tendría, con lo que normalmente se tomarían peores decisiones. Obviamente, sólo el estar tranquilo no arreglará mágicamente cualquier situación difícil que nos encontremos, pero los estudios sí que tienden a mostrar que es una especie de prerrequisito para un buen manejo de conflicto posterior.
Estrategias para encontrar esa calma emocional y poder tener una resolución de conflictos exitosa
Aquí, como siempre, entra una variabilidad individual muy alta, con pautas generales bien estudiadas (deporte, relaciones sociales sanas, sentido de transcendencia) que siempre suelen venir bien pero que tenemos que trabajar más en profundidad según cada persona, dependiendo de sus características, historia vital, carga genética, modelos aprendizaje…
Relacionándolo con otro concepto cognitivo, también se ha visto como la denominada memoria de trabajo, la capacidad de manipular y organizar información recibida en poco espacio de tiempo, correlaciona con una buena resolución de conflictos y cuyas características serían: codificación, almacenamiento y recuperación.
Como vemos, es un concepto que se superpone de alguna manera con lo comentado anteriormente del control cognitivo, donde la capacidad de ignorar todos aquellos estímulos irrelevantes o innecesarios es muy importante para no bloquearnos y acabar tomando decisiones poco asertivas por puro agotamiento mental.
Existe, además, gran cantidad de estudios que corroboran la importancia de la inteligencia emocional en los programas de técnicas de estudio. Sería bueno recalcar una y otra vez que, por ejemplo, el tener una buena higiene del sueño y levantarnos bien descansados ayudaría a enfadarnos menos, que hacer técnicas de meditación de manera sistemática tenderá a hacernos mejores estudiantes o trabajadores, sea lo que sea que estemos haciendo. Lo cognitivo y lo emocional van de la mano y no se pueden separar.
Cuando el conflicto ya ha estallado
Muchas veces por mucha prevención y entrenamiento que pongamos este será inevitable y nos sentiremos indefensos para poder resolverlo. Entonces el proceso se parecerá a uno de duelo.
Podemos utilizar todo el arsenal a nuestro alcance para no generar una escalada del conflicto y que esta se produzca igualmente. Un ejemplo podría ser una legítima defensa proporcional al ataque recibido y, hay veces, que no queda otra que protegernos para evitar males mayores. Otras veces nos podemos encontrar con conflictos irresolubles, o encontrarnos en medio de dos bandos irreconciliables intentando mediar, para acabar dándonos cuenta de que por mucho que nos esforcemos solucionarlo es imposible.
Respecto al duelo, una buena gestión del mismo es también una buena resolución de conflictos, relacionado también con la memoria de trabajo o el control cognitivo que hemos comentado, resaltando la importancia de que tenemos energías limitadas y que asumir pérdidas que no volverán es muy importante para no vivir en permanente estado de alerta y frustración.
Decir, asimismo, que una buena gestión del duelo también requiere cierto esfuerzo o entrenamiento, depende de cada persona, pero no se trata de ignorar el malestar comprensible por la pérdida, sino moldearlo de manera flexible para no acabar desarrollando conductas de afrontamiento perniciosas como podrían ser las de obsesionarnos con él o consumir drogas compulsivamente, por ejemplo.
No todo conflicto tiene por qué ser solucionable, o puede ser que necesite un tiempo-fuera o enfriamiento y retomarlo con el tiempo. No todo tiene que ser hecho aquí y ahora mismo.
Referencias:
- Moss, M. E., Kikumoto, A., & Mayr, U. (2020). Does conflict resolution rely on working memory? Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory, and Cognition, 46(12), 2410.
- Pan, F., Ou, Y., Sun, H., & Qian, Y. (2020). Integration of conflict resolution and positive emotions: electrophysiological.