Habitualmente en la cultura popular (cine, novelas) es más atrayente contar al espectador cómo una pareja se conoce que cómo se rompe. Efectivamente, suele ser más agradable presenciar cómo se genera una bonita historia de amor pero consideramos conveniente contar esa otra parte de las relaciones. En nuestra cultura materialista, en donde el éxito se mide en la cantidad de posesiones, «perder» una historia romántica está generalmente visto como un fracaso, una derrota personal y una incapacidad de «darlo todo» para ser considerado una persona exitosa en todos los sentidos. Creo que sería interesante aceptar, como ya decía Fromm en El arte de amar, que las relaciones humanas son la antítesis de las relaciones comerciales, aunque ya funcionemos de manera automática en esto último.

Más de Uno León con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto vía telemática (28 octubre 2020). Audio cortesía de Jorge Martínez.

Una ruptura no tiene por qué ser un fracaso

Los humanos estamos programados para funcionar con ese tipo de valores y juicios sobre nuestro entorno, y sinceramente, no es sano establecer las relaciones humanas como una competición lineal ascendente hasta alcanzar una especie de cima. Una relación de pareja, amistad, familiar, tiene tantas variables y aspectos que se escapan del simple balance coste/beneficio de una transacción comercial. Temas como el apego, inseguridades, sueños, expectativas, son muchas veces difíciles de cuantificar con lo que mucha gente se siente confusa y decepcionada si se lleva el paradigma económico al terreno de lo personal.

También en una pareja puede haber condicionantes, por ejemplo hijos, que complican sobremanera una aproximación egoísta sobre cómo solucionar la crisis en la pareja. En cuanto a darse cuenta de ello, Gottman y Silver ya expusieron los llamados Cuatro jinetes del Apocalipsis, es decir, los signos de que una relación se está deteriorando.

  • El primero sería el criticismo constante y mordaz al otro cónyuge.
  • El siguiente sería el desprecio personal y el juicio constante sobre el otro.
  • Después, la conducta defensiva y el «y tú más» es una variable común en muchas parejas con problemas de convivencia.
  • Por último, llegaríamos a lo que se llamaría la conducta evasiva, directamente hacer el vacío e ignorar cualquier petición de atención del otro.

Estas fases se presentaron pasando de manera progresiva, pero obviamente pueden ocurrir a la vez o cambiar el orden. Aún así, suele haber cierto patrón y orden en esta tendencia descendente hacia conductas más dañinas y destructivas hacia el otro.

Pautas para llevar lo mejor posible la ruptura con la pareja

Primeramente ser consciente de que va a ser doloroso en algún grado y que como todo en la vida, la paciencia y la perspectiva a largo plazo es fundamental. Entender que una pérdida es algo normal y común en la vida sería el primer paso, es un duelo complicado pero los humanos coherentes y maduros intentan evitar el resentimiento y la venganza. Analizar de manera obsesiva el qué salió mal, no suele llevar a nada bueno, más que nada porque, como he dicho antes, no tiene por qué haber explicaciones tangibles como en un dossier de una empresa. Normalmente se aconseja evitar un contacto continuado con el/la ex hasta que la intensidad emocional resuene menos y se puedan hablar situaciones con algo más de distancia personal. A partir de ahí, la cordialidad y el perdón son indispensables.

Por mucho daño que te hayan hecho, solo te sigues haciendo daño a ti mismo si buscas una venganza por el agravio recibido, muchas veces distorsionado y exagerado.

Con la pandemia que nos asola, ¿las rupturas suben o bajan?

Es muy pronto para saber qué consecuencias puede traer a largo plazo. Hay parejas que tomarán todo el estrés e inconvenientes de la pandemia como algo insoportable y que rompa algo que ya estaba casi roto, mientras que otras puedan tomarse esta situación como algo que les una contra la incertidumbre y dé a su relación un sentido de trascendencia más elevado. Dentro de unos años tendremos datos fiables y empíricos. Por el momento, solo tenemos un montón de encuestas online que se contradicen unas a otras y no sabemos si tienen una base tendenciosa o no.

En abril pasado salió un artículo en la revista americana The Atlantic que hablaba de una curiosa tendencia de como muchas ex-parejas retomaban contacto o incluso algunas volvían como pareja en pleno pico de la pandemia. Se explicaba muy bien como los humanos, ante una idea de muerte cercana y limitaciones existenciales fuertes (que muchas personas, sobre todo jóvenes, han experimentado por primera vez en estos meses), aumentan su sentido de trascendencia y necesidad de conexión con aquellos que consideramos como más importantes en nuestra vida.

Referencias:

  • Cueto, M.A., Cueto, D. y Teso, E. (2020). Cariño, vamos al cine. El Cine en la Terapia de Pareja como Estrategia Comunicativa. Cepteco.
  • Fromm, E. (1959).  El arte de amar. Paidós.
  • Gottman, J. M., & Silver, N. (2015). Siete reglas de oro para vivir en pareja: Un estudio exhaustivo sobre las relaciones y la convivencia. DeBolsillo.
  • Stanley, S.M., & Markman, H.J. (2020). Helping couples in the shadow of COVID‐19. Familyprocess, 59(3), 937-955.