La psicología, como ciencia, lleva solo ciento y poco de años. Nació en una época donde ya se llevaba tiempo machacando con la idea de que la mujer ideal es la que está en casa y el hombre perfecto debe estar en la fábrica o en la guerra. Existe el precedente del hospital parisino que a finales del XIX, Charcot (con el que Freud se formó durante un tiempo) conceptualizó el concepto de histeria. Lo psicológico empezó a tener como más relevancia en el aspecto femenino, ya que en el hombre no se empezó a tener en cuenta un malestar no físicamente evidente hasta que no llegaron de vuelta a casa las oleadas de hombres traumatizados en el frente de la Primera Guerra Mundial.

Este primer acercamiento de manera arcaica hacia la psicoterapia por parte de lo considerado femenino tiene que ver con la idea generalizada, en aquella época, de que la mujer era un ser emocional, y por ende, de segunda. Se la tiene en casa porque es demasiado inestable y débil, mientras que el hombre es fuerte y racional, y es el que se tiene que encargar de los asuntos importantes. Esto encaja con el carácter teatral de la histeria, en donde se acusa a Charcot de reforzar el papel de enfermas de esas mujeres, que en los tours que hacía con otros médicos para ver a las pacientes, a las que peor estuvieran se las prestaba más atención.

Más de Uno León con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (8 marzo 2023). Audio cortesía de Jorge Martínez.

El malestar emocional 

Las ideas Charcot y otros autores de la época pueden ser interesantes en la idea de que podían existir malestares físicos pero que tienen una causa psicógena, lo que hoy llamamos somatización. Esta existe, pero tuvo que pasar cierto tiempo (una carnicería mundial) para que también se prestara atención a la somatización en los hombres. 

La mujer ha estado relegada a un papel secundario durante milenios, ¿cómo no se va a aprovechar de alguna manera que te presten atención como sujeto autónomo, sea como sea? Se dice que Freud conceptualizó sus teorías con una clientela mayoritaria de mujeres de clase media-alta, pero en caso de Charcot normalmente eran mujeres pobres, con lo que el aspecto teatral pudiera estar más reforzado. Es como la película de ancianos en que roban un banco no para coger su dinero, sino para que les detengan y puedan vivir cuidados en la cárcel. ¿Cómo no va a querer una mujer querer estar internada en un lugar en vez de estar sola en la calle? Se anima a buscar los porcentajes de mujeres que de aquella época se dedicaban a la prostitución como medio de subsistencia.

La mujer como ser emocional y voluble

Se siguen manteniendo la idea de la mujer  es un ser emocional y voluble que necesita más apoyo terapéutico que el hombre de una manera más sutil, como disfrazada de ciencia. Por ejemplo, hay no pocos profesionales divulgando ideas de que existe un cerebro masculino y otro femenino. O que en gran cantidad de estudios sobre terapia o farmacología se ha tendido a ignorar a mujeres o animales hembra. 

En nuestro campo, afortunadamente, existe un porcentaje mayoritario de mujeres, cosa que hace cien años era algo impensable. Y viéndolo desde el otro lado, hay estudios que muestran que las mujeres suelen solicitar más ayuda terapéutica que los hombres, o en este caso solían, porque en los últimos años se ha visto un incremento de demanda terapéutica por parte de los hombres. Esto podría ser una gran noticia, porque va rompiendo poco a poco el mantra de que el varón tiene que ser duro y no abrirse ni mostrar sus sentimiento para así no perder su hombría. Sólo hay que ver el porcentaje de tasas de suicidio para ver la magnitud del problema.

Más investigación en mujeres

Hay mucha investigación sobre el papel de la maternidad, aunque hay voces que se quejan de parece que se asume de que lo de ser madre es intrínseco en la mujer, y hay que ni quieren ni les interesa. Además, esto es contradictorio porque, al mismo tiempo, falta investigación sobre un tema asociado a la maternidad, que es la depresión post-parto. Los estudios dicen que la prevalencia de este trastorno es especialmente grave en países denominados en vía de desarrollo como la India o ciertas zonas de China, con lo que de nuevo, el ser mujer y vivir en una zona rural y pobre parece que te convierte invisible para la sociedad.

Otra demanda, pudiera ser algo de lo que hemos hablado en diversas ocasiones, en relación a la divulgación sobre la sexualidad. Actualmente se está produciendo en nuestra sociedad (aunque de manera muy lenta y desigual) un cambio que es realmente importante: las mujeres son cada vez más independientes y no necesitan aferrarse a un hombre para acceder a recursos y tener una vida digna, que es lo que es lo que ha tendido a pasar durante miles de años. 

Hay, incluso chistes, sobre como el mercado sexual tenderá progresivamente a estar dominado por las mujeres, y que tirarán de hombres cuando ellas elijan para recursos determinados y específicos, cambiando las tornas de como el mundo ha dicho a las mujeres lo que tienen que hacer. Esto, como siempre que algún grupo pierde una parcela de poder que cree que tiene derecho divino para tenerla, ha generado un movimiento reaccionario (bastante fuerte en Internet) que idealiza un pasado mágico en donde la mujer solamente percibía su vida como madre, cuidadora y cocinera. Por mucho que les duela a esa minoría ruidosa, no hay marcha atrás, que ya era hora.

Bibliografía:

  • Jones, C., Trott, V., & Wright, S. (2020). Sluts and soyboys: MGTOW and the production of misogynistic online harassment. New media & society, 22(10), 1903-1921.
  • Stewart, D. E., & Vigod, S. (2016). Postpartum depression. New England Journal of Medicine, 375(22), 2177-2186.