En los últimos años, y especialmente por la pandemia, ha habido una explosión en los medios de comunicación en hablar sobre la importancia de la salud mental. Además, se percibe que decir abiertamente que uno va a terapia no tiene el estigma que tenía hace algunos años.

Actualmente es el momento en el que más se trata de salud mental en televisiones, radio, periódicos, redes sociales…, donde parece que la población va adquiriendo una sensibilidad cada vez mayor sobre la relevancia de cuidar nuestra mente con todo lo que ello implica. También se ha observado trabajando con colegios e institutos, donde cada vez el profesorado está más concienciado y preparado para lidiar con los problemas de salud mental de sus alumnos; e incluso en los mismos adolescentes, que cada vez hablan más abiertamente de ello con redes de apoyo mutuo en las redes sociales (aunque ya hemos hablado que estas tienen un reverso tenebroso en que los adolescentes son más bien víctimas que participantes en esta problemática).

Más de Uno León con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto vía telefónica (11 mayo 2022). Audio cortesía de Jorge Martínez.

Como contrapartida, al igual que cualquier tema que, digamos, se pone de moda, siempre aparecen charlatanes y timadores de todo pelaje que aprovechan la ola para llevarse la mayoría cantidad de dinero posible. Quiero dejar claro que la psicología como ciencia experimental y empírica también es muy nueva (finales del siglo XIX); con lo que ya de por sí es muy dada a la falibilidad. Esto hace también que sea una ciencia muy rica, con multitud de ramas y maneras de entender el ser humano y la terapia, que aunque a veces parezcan contradictorias, la riqueza intrínseca del ser humano hace que esto sea positivo, ya que lo que a uno le sirve a otro todo lo contrario.

Mitos más nocivos

Existen expertos cuya carrera profesional se basa justo en refutar y ayudar a divulgar mejor la psicología a la población general, y estos destacan que ven dos áreas donde los bulos suelen darse con mayor asiduidad: el aprendizaje y la neurociencia. Y con una característica también común en ellos: son intuitivos y cuadran con el sentido común; pero la realidad es mucho más compleja que eso.

El aprendizaje

Empezando por el aprendizaje, lo primero que ha parecido que es más común es lo que se denomina lo estilos de aprendizaje, es decir, que cada uno tenemos un canal de recepción de información más desarrollado que otro (auditivo, visual, cinestésico) y que encontrando el que tenemos más dominante nos facilitará cualquier proceso de estudio o memorización. Y, un protocolo clásico de una persona diagnosticada con dislexia es el uso de la ruta fonológica (lo auditivo) para memorizar en vez de la léxica, pero de ahí a decir que tenemos rutas dominantes para aprender es totalmente falso. Tenemos habilidades innatas sí, pero esto que he comentado es una decisión totalmente arbitraria sin ninguna evidencia científica (de hecho lo contrario), y es algo que utiliza con demasiada asiduidad.

La neurociencia

El cerebro es muy complejo. En cuanto escuchamos “psicología” muchas veces en donde se dan más bromas es sobre el psicoanálisis (muchas veces con razón), pero con el tema del cerebro parece que todo lo que te digan ciertos expertos es serio, cuando en realidad la cantidad de pseudociencia y mala praxis científica es alta. Nombrando los mayores mitos planteados por los expertos del tema serían:

  • Que usamos solamente el 10% del cerebro. ¡En fin!
  • Que cada persona tenemos un hemisferio dominante, siendo las que tienen el hemisferio derecho más creativas y las del izquierdo más lógicas. Este mito es de un reduccionismo terrible. Quiero dejar claro que sí que existe una dominancia cerebral, es decir, sí que en aspectos del lenguaje en el izquierdo tienen más peso ciertos circuitos que en el derecho, con ciertas funciones diferenciadas, y que se complementan. Pero de ahí que cada hemisferio se ocupa de una cosa diferente, pues desde luego que no.
  • “La amígdala o x área del cerebro es la del miedo” como se suele leer de vez en cuando, por ejemplo. Sí que zonas corticales o profundas del cerebro tienen funciones concretas, pero son circuitos, no áreas específicas que funcionan sin más; y mucho de cómo funcionan esos circuitos se desconoce hoy en día.
  • Por último, la metáfora de que el cerebro funciona como un ordenador. Para nada es así. El cerebro no es un mero receptor de inputs pasivo que computa, sino que está creando todo el tiempo la realidad que tiene delante, es un agente activo, no pasivo como es normalmente una máquina.
  • Y mi favorita: “si estás triste necesitas serotonina”, “estoy haciendo un detox de dopamina dejando un tiempo el móvil y las redes sociales”. En concreto con la serotonina, existen al menos 15 subtipos de neurorreceptores de serotonina en el cerebro (que se conozcan), y pensar que hay un simple contrabalanceo de 4 o 5 neurotransmisores en el cerebro es negar una realidad sumamente compleja que, sinceramente, desconocemos en gran parte.

Los enfermos mentales en la sociedad

Me gustaría acabar con la idea, lamentablemente algo extendida (aunque cada vez menos) de que los enfermos mentales son peligrosos para la sociedad, sobre todo parece que el mayor miedo es con la esquizofrenia/psicosis. Y justo en este diagnóstico es donde las estadísticas muestran lo contrario: que sufrir ese diagnóstico te hace más vulnerable de recibir violencia y agresión, no de realizarla.

Entendemos que pueda dar cierta incomodidad saber que alguien escucha voces. Muchas películas o series exageran esto como que siempre fueran “mata a fulanito o quema la casa de menganito”. Escuchar voces denominadas egodistónicas (que nos hacen sentir mal con nuestro yo) suele ser más común que te digan de manera positiva (existen muchos pacientes que lo que escuchan no es negativo), pero decir que todo paciente diagnosticado de esquizofrenia es peligroso, no es para nada cierto.

Finalizar diciendo que cada vez nos encontramos con mayor sensibilidad en la población respecto a la salud mental, como he dicho antes, pero quisiera acabar con un meme que vi hace nada en las redes sociales: ir al psicólogo no te hace mejor persona.

Referencias:

  • Furnham, A. (2018). Myths and misconceptions in developmental and neuro-psychology. Psychology9(02), 249.
  • Jarrett, Christian. Great myths of the brain. John Wiley & Sons, 2014.
  • Newton, P. M. & Salvi, A. (2020). How common is belief in the learning styles neuromyth, and does it matter? A pragmatic systematic review. In Frontiers in Education(p. 270). Frontiers.