El término violencia de género se refiere a la violencia específica que ejercen los hombres contra las mujeres como instrumento para mantener la discriminación, la desigualdad, las relaciones de poder y el control. Comprende la violencia física, la sexual y la psicológica incluidas las amenazas, la coacción o la privación arbitraria de libertad, que ocurre en la vida pública o privada. El principal factor de riesgo lo constituye el hecho de ser mujer.
La violencia doméstica o violencia conyugal se refiere a las agresiones que se producen en el ámbito privado en el que el agresor tiene una relación de pareja con la víctima. Se produce una reiteración de actos violentos, la situación de dominio del agresor que utiliza la violencia para el sometimiento y control de la víctima, pudiendo darse en mujeres de cualquier clase social, en todas las culturas y en cualquier grupo de edad. Afortunadamente ha pasado de considerarse un asunto privado a reconocerse como un problema de salud.
León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (21 febrero 2018). Audio cortesía de Jorge Martínez.
Consecuencias para la mujer
- Físicas: lesiones de todo tipo, traumatismos heridas, quemaduras, relaciones sexuales forzadas, enfermedades de transmisión sexual, embarazos de riesgo y abortos, muerte.
- Psicológicas: problemas emocionales (ansiedad, depresión, trastorno por estrés postraumático, somatizaciones…), baja autoestima, sumisión y dependencia… Deterioro cognitivo leve. Todo ello debido a las humillaciones, desvalorizaciones, insultos, amenazas, culpabilizaciones, aislamiento social, control económico, no permitir tomar decisiones….
- Sociales: aislamiento social, pérdida de empleo, absentismo laboral.
Solemos preguntarnos por qué la mujer no denuncia enseguida la violencia y uno de los motivos es por la idea del amor romántico donde mantiene la esperanza en que la situación cambie. También la falta de apoyo familiar, social o económico; el miedo a las posibles represalias en ella o en sus hijos; la vergüenza ante la sensación de fracaso o culpa y el aumento de la tolerancia a los comportamientos violentos. Se une a todo esto la dependencia que suele tener la mujer respecto a su pareja bien sea psicológica y/o económica, el miedo al aparato judicial. Y muchas veces, aunque cada vez menos, no saber a quién dirigirse o a qué servicios acudir.
La mujer que sufre maltrato o el hombre que lo ejerce
Pueden pedir ayuda en el centro especializado en la atención a mujeres maltratadas de su localidad, acudir a las áreas de la mujer de los ayuntamientos, a los servicios sociales de su zona o llamar al 016.
Las mujeres y sus hijos pueden acudir al programa de Apoyo psicológico a la mujer víctima de maltrato o abandono familiar, servicio de Asistencia a la Mujer de la Junta de Castilla y León que desde 2001 se lleva a cabo de forma gratuita en un convenio con el COP-CyL. Allí recibirá atención jurídica, social y psicológica. En cuanto a los hombres, que acudan de forma voluntaria, pueden acceder al Programa Fénix donde se les apoyará psicológicamente de forma gratuita para evitar seguir maltratando a sus parejas.