Muchos padres reconocen que la vuelta al colegio suele ser uno de los periodos más estresantes del año. Pueden presentarse problemas de adaptación, aunque son hechos pasajeros y responden al lógico acomodo del estudiante a su nuevo medio en el cual las responsabilidades son mayores. No suelen tener carácter patológico o requerir tratamientos duraderos y suelen darse durante, aproximadamente, de una a tres semanas.
Una buena relación familiar contribuye a la estabilidad de los hijos
Se han encontrado variables que muestran de qué forma unos padres implicados hacen que sus hijos consigan mejores resultados académicos. Estos muestran que no es una incidencia directa (de momento los padres no pueden presentarse por sus hijos en los exámenes), sino de manera indirecta en varias áreas:
- Autoconcepto y autoestima como estudiantes.
- Patrón de atribución de la causalidad en los éxitos y los fracasos académicos particulares.
- Competencia aptitudinal para los aprendizajes académicos.
Cuanto mayor sea el hijo, menor debe ser el control y la presión sobre él; no obstante al inicio sería conveniente ayudarle a organizarse. Aunque, lógicamente, estará en función de las posibilidades personales y la forma de ser del joven, su edad y responsabilidad.