La Disfunción Eréctil (DE), llamada anteriormente impotencia o vulgarmente gatillazo, es la incapacidad persistente o recurrente para obtener o mantener una erección apropiada hasta el final de la actividad sexual. No sólo supone un problema de salud sino también una pérdida de la autoestima y confianza que puede desembocar en problemas con la pareja. Provoca malestar acusado o dificultades en las relaciones interpersonales. Si uno la sufre es obligatorio realizar un estudio médico-psicológico para descartar otras patologías. En España están afectados alrededor de 2 millones de varones entre los 25 y 70 años (EDEM, 2001).

La incidencia de la DE se eleva con la edad, ya que también aumenta la presencia de otro tipo de enfermedades de las que la DE puede ser un síntoma inicial (centinela o de alarma) de problemas cardiovasculares que aparecen de dos a tres años antes que una enfermedad arterial coronaria. Suele ir asociada a problemas y deterioro orgánico, siendo un estilo de vida saludable la mejor prevención.  

León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (8 febrero 2012). Audio cortesía de Nacho Arias.

Factores que influyen en la respuesta sexual

El estudio americano MALES (Actitudes de los Hombres ante los Sucesos de la Vida y la Sexualidad) ha demostrado que son múltiples los factores implicados en la disfunción eréctil:

  • Psicológico o psicógeno: Problemas en la relación de pareja, ansiedad de ejecución y miedo al fracaso.
  • Orgánico: Factores de riesgo (hipertensión, arterosclerosis, obesidad, consumo de tabaco o alcohol) que producen alteraciones vasculares, neurológicas, anatómicas y/o endocrinológicas.

A la hora de estudiar y hacer el diagnóstico es muy importante identificar si el origen es primario o secundario, si es fundamentalmente orgánico o psicológico. Aunque sabemos que, aunque su causa inicial sea orgánica, suele desajustar emocional y psicológicamente a quien la padece. Habría que valorar el uso de fármacos, consumo de tóxicos, otras sustancias y el estilo de vida.

Consultar al sexólogo sería la mejor opción para hacer un estudio a quien la padece o sufre las consecuencias de la DE.

¿Hemos padecido o ha sufrido su pareja en algún momento problemas de erección? ¿Qué hemos hecho para solucionarlo?