El concepto del título de este artículo fue acuñado por el filósofo polaco Zygmunt Bauman y desarrollado en un libro con idéntico nombre publicado a principios de este siglo. En éste, el autor realiza un análisis en el cambio en las relaciones sexuales y de pareja debido a diversos factores, ya sea en el contexto socioeconómico en el que vivimos como en el progreso tecnológico.

Sociedad capitalista y el sexo líquido

Bauman hace un paralelismo entre la forma de ver nuestras relaciones sentimentales y el capitalismo, ideología política y económica imperante hoy en día. Conceptos como sociedad de consumo, productividad, coste-beneficio se han trasladado a nuestros vínculos afectivos. Esto quiere decir que la visión estática de la unidad familiar está desapareciendo progresivamente, derivando hacia relaciones mucho menos rígidas y de carácter más fluido.

Estamos aplicando la misma mentalidad en el amor que en el mundo de los negocios, con el mero beneficio personal como objetivo final, búsqueda de rentabilidad o el lamento de la oportunidad perdida. Las certezas, se desvanecen y las relaciones amorosas cada vez tienden a ser cada vez más superficiales, fugaces, acorde con la sociedad de consumo en la que vivimos. Sus ideas se condensan perfectamente esta vorágine con la frase “el deseo es el anhelo de consumir”.

El sexo y el amor líquido son el proceso de un cambio generacional y social. Si antes los amores eran sólidos como rocas ahora son líquidos y se adaptan al envase. Una vez se termina se tira o cambio por otro.

Aplicaciones para ligar

Aunque Tinder no se habían inventado en el momento que Bauman publicó su libro, creemos que representan la cuasi culminación de su idea del amor y sexo líquido. Aunque la existencia de plataformas para poner en contacto a distinta gente con la idea de sexo ocasional o que busca algo más serio existe desde la aparición del Internet mismo, la clave de ésta y otras aplicaciones similares reside en la facilidad de uso y la inmediatez de las mismas.

Nunca había sido tan fácil y ha requerido tan poco esfuerzo el proceso para alternar con otra gente. Solamente hace falta bajarse la aplicación, conectar las fotos a las de Facebook, y empezar  aceptar o rechazar a otros chicos o chicas según sus fotos y su descripción. Este proceso es la sublimación del mínimo esfuerzo en el mundo de las relaciones de pareja y sexuales.

Reflexión

¿Es esto mejor o peor que la idea imperante hasta hace nada del “juntos para siempre” o el “hasta que la muerte que nos separe”? Solamente es diferente. Pensamos que todavía es demasiado temprano para ver las consecuencias a largo plazo de esta nueva forma de vínculos afectivos. Si el amor estaba basado, como comentamos en un artículo anterior, en la pasión, intimidad y compromiso (Sternberg), este último se hace más complicado mantener en este mundo líquido que ahora nos rodea.

Colaborador: David Cueto Marcos (Psicólogo de CEPTECO).

Leer el artículo completo (provisionalmente deshabilitado): ileon.com (30 noviembre 2015)