La soledad es un problema de salud pública. Estar solo de forma no voluntaria genera ansiedad, una discrepancia percibida entre nuestros entre los deseos y la realidad de la calidad de las relaciones sociales de cualquier persona. Es decir, existe un componente subjetivo (nuestras expectativas y esperanzas) y por ello a veces puede resultar difícil marcar el punto de corte de ese malestar; pero lo que sí está claro que un alto sentimiento de soledad correlaciona positivamente con problemas cardiovasculares, demencias, ansiedad, depresión, ideación suicida, y en términos generales, un aumento global del la probabilidad de mortalidad del 30%.