La mayoría de las personas deseamos vivir en pareja ya que suele experimentar una evolución que no se suele dar en otro tipo de relación. La pareja se une bajo los principios de pasión, intimidad y compromiso (Stenberg, 1986), es un libre intercambio de conductas gratificantes.

Audio: León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (1 octubre 2014). Cortesía de Nacho Álvarez.

¿Es bueno vivir en pareja?

Efectos de estar sanamente/satisfactoriamente casado mejora la salud física y mental, presentan una menor mortalidad con casi cinco años más de vida. Presentan menores conductas de riesgo, una mayor autoestima, satisfacción en la vida y menor estrés. Consiguen mayor felicidad y frecuencia de conductas sexuales. Una relación de pareja se mantiene cuando hay mayores ingresos de conductas de respeto y afectuosas que menores gastos en nuestra cuenta bancaria emocional. Recordemos que el amor es conducta.

No obstante todas las parejas presentan una serie de problemas tales como les cuesta ser mutuamente gratificantes y pedir perdón si se equivocan. Presentan dificultades cuando les cuesta comunicarse y lo hacen de forma agresiva o evasiva. Cuando les cuesta expresar sentimientos positivos y negativos (halagos y quejas) o decir no o para llegar a acuerdos o tomar decisiones consensuadas. Si tienen dificultades para interpretar correctamente los mensajes y razonar sensatamente sobre la interacción complican la relación.

Para superar los problemas en la pareja

Es muy complicado convivir en pareja y reenamorarse, de vez en cuando, de la misma persona. Para ello deberíamos esforzarnos en respetar a pesar de los conflictos y, antes de tirar todo por la borda, intentar mejorar la relación. Plantear el conflicto para resolverlo juntos es el primer paso para que no nos suceda una y otra vez lo mismo, y si esa espiral no cesa podemos pedir ayuda terapéutica.

La parejas de larga duración

En estos tiempos en los que la duración de las relaciones de pareja suele ser bastante frágil nos preguntamos qué condiciones determinan que una relación de pareja sea armoniosa y se mantenga en el tiempo. Este proceso tiene mucho que ver con una forma de comunicación respetuosa, se conocen bien y saben los gustos y manías del otro con alta tasa de refuerzos positivos en una proporción de cinco por uno negativo.

Las parejas que evolucionan armoniosamente cultivan el cariño y la admiración por su pareja valorándola positivamente (mundo percibido de Mahoney), están cercanos al otro y el otro nota su cercanía y dejan que su pareja les influya. Usan estrategias reforzantes en vez de aversivas para producir cambios en el otro. Finalmente, suelen tener un sentido de trascendencia en el proceso de convivencia en común.

Audio: León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (15 octubre 2014). Cortesía de Nacho Álvarez.

¿Todos los problemas que presentan las parejas suelen resolverse?

Evidentemente no todos los problemas que se presentan en una relación de pareja se pueden resolver, por ello sería conveniente solventar los problemas solubles y aceptar aquellos que sean irresolubles o insolubles, que son los más frecuentes. No podemos cambiar al otro.

Si se produce un estancamiento ante una crisis podemos utilizar el sentido del humor o bien pedir perdón para salir airosos y no tener un balance de intercambios gratificantes desequilibrado (cuenta bancaria de Gottman).

¿Qué factores influyen para que una pareja tenga problemas y presenten crisis en la relación al cabo de un tiempo?

Son muchas las variables que hacen que una pareja presenten problemas en el tiempo en función de los cambios lógicos en la relación. El primero suele ser el planteamiento violento en las discusiones o discrepancias que suele acabar siendo una garantía de fracaso y daría lugar a los factores de maltrato (psicológico, físico y/o sexual). Como respuesta a este planteamiento se sustentaría mediante las críticas hacia el otro, diferenciadas de las quejas en que no se centran en una acción o conducta específica de la persona, sino que atacan a toda la globalidad de la pareja.

Se uniría el desprecio en sus diferentes formas, el sarcasmo pasando hasta el escepticismo. Todo ello provoca un emponzoñamiento progresivo en las relaciones. La actitud defensiva serviría para culpar a la pareja «y tú más» que lleva a cabo el deterioro de la relación. Finalmente se llegaría a la evasividad con el distanciamiento (vidas separadas) que esto supone, creando la sensación de que no importa en absoluto la opinión y los sentimientos del otro miembro de la pareja.

Otras variables predictoras del divorcio o la ruptura vendrían dado por el sentirse abrumados y alterados emocionalmente cada vez que hay una interacción, los intentos de desagravios fracasados y suelen tener malos recuerdos con respecto a su pasado.

La importancia de las relaciones sexuales en una pareja de larga duración

Nuestra experiencia nos confirma que el sexo es un buen termómetro de la relación de la pareja, aunque no es siempre un valor unívoco y preciso. Es un gran reforzador de la relación pero, por saciación por culpa de la rutina, puede llegar a perder, en ocasiones, su efecto gratificante. Por ejemplo, las mujeres con parejas de larga duración necesitan intimidad y la excitación para que aparezca el deseo.

Compartir la relación sexual es el acto más corpóreo e íntimo del encuentro emocional. Pocos actos tan gratificantes como compartir relaciones íntimas con carácter sexual para reenamorarse de la misma persona. Las mujeres con parejas de larga duración necesitan intimidad y la excitación para que aparezca el deseo. Sugerimos una mayor variedad para evitar la rutina.