“Nos hacemos promesas a nosotros mismos. Escuchamos las promesas de los demás… La vida no consiste más que en navegar en nuestra pequeña embarcación cruzando un mar de promesas siempre cambiantes pero inagotables. ¿Cuántas de esas promesas recordamos? Olvidamos lo que queremos recordar y solemos recordar aquello de lo que más deseamos librarnos. Las promesas no cumplidas son como sombras que danzan a nuestro alrededor en el ocaso”.

Zapatos italianos (Henning Mankell).

El comienzo del año es bueno para reflexionar sobre nuestro devenir. Hacer balance de lo pasado para reencontrarse con uno mismo, ser conscientes de que estamos vivos y de que nuestras vivencias son nuestras, únicas y especiales. Solemos recapacitar sobre la familia, amigos, la pareja, trabajo… si se han cumplido nuestras expectativas, cumplidas nuestras ilusiones… e intentamos hacer planes para este nuevo año llenos de buenas intenciones. Es buen momento para ponerse objetivos y metas: a qué perder miedo, a quién amar, cómo, a qué nos vamos a dedicar, qué cosas no hemos hecho y nos gustaría realizar…. Es posible que genere emociones contrapuestas en función de nuestras experiencias personales durante el año transcurrido.

Audio: León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (11 enero 2017). Cortesía de Jorge Martínez.

Los retos para el nuevo año

Ponerse retos para el año que comienza puede generar conflictos dado que nuestro optimismo irreal nos lleva a proponernos, en muchos casos, metas imposibles. Si, por ejemplo, nos proponemos dejar de fumar o hacer más deporte, estaremos en constante lucha contra la adicción o la pereza. Así, la vida cotidiana se convierte en una rutina estresante al estar expuestos al fracaso. Mejor ponerse objetivos y metas realistas. Los mayores enemigos para no luchar por ellos son la la pereza, la desidia, el miedo o la culpa. Una buena manera de intentar conseguir cumplir nuestras promesas y esos buenos propósitos es escribirlos y poner metas a corto, medio y largo plazo. Sería razonable:

  • Buscar la felicidad personal y familiar: Sentirnos satisfechos en lo afectivo y en lo emocional.
  • Cultivar la amistad y ver el lado bueno de la vida y también el de las personas.
  • Adquirir costumbres positivas: descansar lo suficiente, tener una alimentación frugal y sana y hacer ejercicio para cuidarnos.
  • Y, sobre todo, aceptar los reveses de la vida cotidiana.