Cuando los problemas dentro de una pareja están enquistados de tal modo que es muy difícil solucionarlos sin ayuda externa es el momento de acudir a la mediación.

La mediación no es una terapia de pareja ya que no tiene como objetivo evitar la separación o el divorcio. Sí lo es ayudar a que la ruptura de pareja se realice con un menor coste emocional identificando durante el proceso dónde reside el conflicto real, única manera de poder superar una crisis de pareja. No se basa en los derechos legales, sino en lo que ambas partes consideren adecuado para ellos y para sus hijos. Ofrece un lugar neutral para que las partes puedan conversar e intentar llegar a acuerdos consensuados respecto a la regulación de su vida futura después de la ruptura.

El cometido del mediador es ayudar a la pareja a comunicarse adecuadamente, cambiar la percepción del conflicto y conducirles hacia el acuerdo. El mediador no actúa ni como psicólogo ni como abogado; pretende escuchar a las dos partes de la pareja y facilitarles la comunicación interviniendo en el proceso de mediación pero no en la fase final de decisión. Esta última le corresponde a la pareja.

León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (23 mayo 2012). Audio cortesía de Nacho Arias.

Recomendaciones

Hay una serie de recomendacionesque el mediador hace a la pareja para llevar a cabo durante la mediación:

  • Eliminar conductas agresivas. No es el momento para pasar factura por el daño que el otro hizo. No soluciona el problema y lo agrava.
  • No pensar sólo en uno mismo sino también, en el otro y en los hijos, si los hubiere. Evitar transmitirles a ellos los desacuerdos.
  • Evaluar, antes de decidir, todas las consecuencias de las distintas opciones (a corto y a medio plazo). Buscar alternativas, mantener una postura abierta a otras posibilidades.
  • No pensar que existen soluciones únicas. No hay soluciones perfectas.
  • Evitar discutir los temas de la negociación sin la presencia del mediador.
  • No partir de presupuestos cerrados, ni de imposiciones, expresar sinceramente los deseos y necesidades personales.
  • Aceptar la separación como una solución a los problemas, aunque a uno no le guste esta medida. Significa asumir la realidad y hace más probable que la separación se lleve a cabo con un menor coste emocional.

Si hay hijos y la pareja se rompe, lo ideal es informarles conjuntamente de la decisión de separarse, seguir manteniendo la relación y la responsabilidad con ellos aunque crezcan o se tenga una nueva pareja, fomentando que mantengan comunicación con el resto de la familia extensa.

¿Hemos necesitado alguna vez que alguien haya mediado en nuestra relación de pareja? ¿Ha sido útil la mediación que nos han brindado? ¿Buscaríamos una ayuda, asesoramiento o mediación si tuviéramos problemas con la pareja?