Uno de los factores externos más importantes y el que más fácilmente se puede modificar, dejando beneficios en la concentración y la efectividad de estudio del alumno, es el ambiente de estudio.

Favorecer una rutina de estudio dentro de un ambiente adecuado elimina una parte considerable de los problemas de concentración en la tarea de estudiar. Un buen ambiente quizás no consiga mejorar mucho el rendimiento académico del alumno, pero un ambiente negativo entorpece enormemente el avance académico.

El lugar de estudio es el factor más importante de los que determinan la idoneidad del ambienteNormalmente hablaremos de un lugar tranquilo y cómodo, que no sea de uso común y que cumpla con las siguientes características:

  • Que sea siempre el mismo: Los cambios habituales de lugar de estudio son contraproducentes para el objetivo de alcanzar una rutina de estudio. La novedad, lo llamativo o lo desconocido siempre van a ser poderosos estímulos que nos van a llevar a la desconcentración. Ante la visión de algo rutinario y habitual, nuestro cerebro no reacciona con la sobreestimulación que provoca lo novedoso y puede centrar todos sus esfuerzos sobre la tarea que está realizando. Este lugar va a ser la habitación del alumno, el escritorio y la silla normalmente preparados a tal efecto, o si fuera posible, una sala dedicada exclusivamente al estudio. Los cambios habituales de lugar, dígase la cocina, el salón, la cama… producen que los estímulos que nos rodean (muebles, personas que deambulan, ubicación de los objetos…) varíen con demasiada frecuencia, lo que puede incitar al alumno a la observación de estas variables más que a la realización de su tarea.

En cuanto al estudio en una biblioteca, es recomendable que se escoja un sitio dentro de la sala e intentemos mantener este lugar o uno cercano durante los siguientes días o el resto del curso académico.

  • Que sea siempre para lo mismo: Siguiendo el mismo principio que en el punto anterior, un lugar de estudio multifuncional, en el que el alumno, además de estudiar, juega al ordenador, pinta, chatea, lee revistas… no es el lugar adecuado para mantener la concentración. El cerebro que se acostumbre a realizar todas esas tareas en el mismo lugar lograría, por asociación, un condicionamiento y una contingencia (espacial y temporal) a continuar realizándolas de forma cíclica. Así, un día en que el estudiante no tenga demasiadas ganas de trabajar (que será un alto porcentaje de los días) su concentración tenderá a escaparse hacia las otras tareas que suele realizar en el mismo lugar, dígase encender el ordenador u hojear revistas.

Por lo tanto, es positivo que el lugar de estudio sea dedicado única y exclusivamente para las tareas académicas y buscar otros lugares, aunque sea en la misma habitación, para la ejecución de las actividades de ocio.  

Estrategias para la mejora del lugar de estudio

  • Elige una habitación alejada de los movimientos más frecuentes de la casa.
  • Si compartes la habitación de estudio con un hermano/a, intenta establecer turnos diferentes de estudio. Si no es posible, fija con él/ella y con la ayuda de tus padres unas normas claras acerca de las actividades, horarios y uso de la habitación que compartís.
  • A ser posible, que tu habitación de estudio sea diferente a tu habitación de dormir, jugar o disfrutar del ordenador.
  • Haz una lista con todas las actividades que realizas en el escritorio donde habitualmente estudias. Una vez completada busca un lugar alternativo para todas aquellas que no tienen una relación directa con las tareas académicas.

¿Es mi ambiente de estudio adecuado? ¿Qué elementos de mi habitación interfieren negativamente en que yo esté concentrado durante mi tiempo de estudio? ¿Estudiar en la cama es positivo? ¿Puedo escoger cualquier habitación de la casa para estudiar?