De vez en cuando solemos hacer balance de nuestros objetivos vitales. Solemos recapacitar sobre la familia, amigos, la pareja, trabajo… si se han cumplido nuestras expectativas, cumplidas nuestras ilusiones… e intentamos hacer planes para el futuro llenos de buenas intenciones. En ese momento es razonable ponerse objetivos y metas a realizar, a qué perder miedo, a quién amar, cómo, a qué nos vamos a dedicar, qué cosas no hemos hecho y nos gustaría realizar… Es algo así como “borrón y cuenta nueva” generando emociones contrapuestas en función de nuestras experiencias personales durante el tiempo transcurrido.

Para algunas personas pensar que ha pasado un tiempo puede suponer una frustración ya que el paso del tiempo es una experiencia individual, subjetiva. Y como el tipo de percepción que una persona tiene de sí misma, de su situación, produce cambios tremendos en su organismo sería bueno intentar mantenerse con una edad psíquica más joven. Para ello conviene:

  • Mandar en sí mismo y en la propia vida y no permitir que nadie la malogre.
  • Una alimentación frugal y sana, higiene personal, ejercicio físico, aire puro.
  • Adoptar actitudes optimistas y sentir que somos más felices si mantenemos dicha actitud a pesar de las frustraciones sufridas.
  • Saber que la juventud no es condición indispensable para ser feliz.
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Entrevista Onda Cero: Javier Chamorro con Miguel Ángel Cueto (30 diciembre 2015). Cortesía Nacho Arias.

Los retos para el futuro y cómo intentar conseguirlos

Los retos que solemos ponernos cuando comienza un nuevo tiempo pueden generar conflictos dado que nuestro optimismo irreal nos lleva a proponernos, en muchos casos, metas imposibles. Si, por ejemplo, nos proponemos dejar de fumar o hacer más ejercicio, estaremos en constante lucha contra la adicción o la pereza. Así, la vida cotidiana se convierte en una rutina estresante al estar expuestos al fracaso.

Todos tenemos el deseo de querer controlar nuestra propia vida, tener una mejor imagen y que el estrés no nos afecte demasiado, por ello conviene que los objetivos y metas a realizar sean lo más realistas posible. Richard Wiseman llevó a cabo un estudio con 5.000 personas para ver cuántas lograban cumplir sus metas. ¡Sólo un 10% lo consiguió! Sugirió algunas estrategias para conseguir cumplir los objetivos propuestos:

  • Divide tus metas en una serie de sub-metas claramente temporalizadas y especificadas ya que se crea así un proceso paulatino que además reduce el miedo que suele acompañar los cambios vitales importantes. Ej. Hacer ejercicio físico (carrera) 10´ dos días a la semana (horario preestablecido) con amigos durante un mes. Definir qué, con quién, cuándo, cómo y dónde.
  • Cuenta tus planes a amigos, familiares y colegas ya que nos atenemos más a lo dicho en público.
  • Recuerda regularmente los beneficios que estas metas van a traer consigo. No se trata de soñar despierto, sino de no perder de vista los cambios positivos que este esfuerzo entrañará para ti.
  • Cada objetivo alcanzado merece un premio, por modesto que éste sea. ¡Disfruta y recompénsate por el camino!
  • Intentar escribirlos objetivos ya que se plasma las propuestas de forma concreta, en un diario, con dibujos o con gráficos.

Y, dado los tiempos de incertidumbre y crisis que vivimos sería razonable aceptar las frustraciones de la vida cotidiana y aceptar que no siempre conseguimos lo que nos proponemos.