Dentro de la orientación sexual que se da en los seres humanos, dada nuestra diversidad sexual, definimos a la asexualidad como la falta de orientación sexual o de deseo hacia otras personas. A veces podría estar condicionado por un problema de otro tipo: problemas de pareja, hormonales, embarazo-lactancia, medicación (antidepresivos), estrés, cansancio, problemas tiroideos, diabetes… y se tendería a tratar de descartarlos. Pero las personas asexuales no sienten ni atracción física ni sexual hacia ninguna otra, aunque sí pueden sentir otro tipo de atracción como pueden ser la romántica, la emocional,… No confundir con la abstinencia sexual.

León en la Onda con Javier Chamorro y Miguel Ángel Cueto (20 febrero 2019). Audio cortesía de Jorge Martínez.

Aunque no se sienten atraídos por ningún sexo, las personas asexuales tienen las mismas necesidades emocionales que los demás, pudiendo intimar con otras personas aunque no lo harán en forma sexual. Se sienten realizados y no renuncian a nada en cuanto que ellos no sienten impulso sexual hacia otros, aunque sí podrían satisfacerse a través de la masturbación.

No todas las personas asexuales lo son en la misma medida ya que la asexualidad no suele darse en estado puro. Algunos experimentan atracción sexual alguna vez, pero de bajo impulso sexual sin querer llevarlo a la práctica o en muy pocas ocasiones.Otros no suelen sentir atracción sexual salvo que hayan formado un fuerte vínculo emocional con otra persona. No experimentan una atracción sexual primaria si no secundaria provocada por la conexión emocional establecida.

El deseo sexual

El deseo sexual es la capacidad de sentirse atraído por otra persona y establecer un acercamiento íntimo. La falta o su ausencia es el problema sexual más frecuente en la mujer (22%-51%) que en el hombre (10%-15%) y se considera que es un trastorno que necesita atención sexológica cuando es persistente, recurrente y sucede desde hace más de 6 meses. Parece estar asociado a una hormona kisspeptin que mejora el procesamiento sexual y emocional y disminuye la aversión sexual.

En las parejas, con los años de convivencia, suele darse una pérdida de deseo sexual, por ello la fase de deseo no suele ser la primera y puede darse después de cualquiera de las demás. Este proceso es algo lógico en el devenir de la habituación de la convivencia en pareja por lo que, según nuestra experiencia, mejor comprender este hecho y esforzarse para superarlo, todo es empezar. No confundir la ausencia temporal por otros motivos con la falta de deseo.

Bibliografía: